jueves, 12 de febrero de 2009

DESFILADERO

DESFILADERO



Un camino de piedra. Un camino empinado de piedra que trepa ladera arriba y los pies no quieren ver como a su paso la tierra se va desmoronando. A mi derecha el precipicio se hace cada vez más alto, cada vez más doloroso. El valle, allá en lo hondo, es de una belleza insufrible. El sol acaricia mis hombros. Sin consuelo, sin honor. El corazón se encoge y el aire, tan puro, se niega a entrar en mis pulmones. La sangre me golpea las sienes y un mar lejano brama detrás de mis párpados. Obligo a mis piernas a seguir caminando pero el miedo las ha vuelto pesadas, desobedientes. En cada curva el camino se estrecha y me lleva al terror de la infancia, a la soledad de la caída, al sueño del vuelo roto contra el suelo. En el centro, toda la belleza del otoño. El valle, allá en lo hondo se eleva hasta mi frente y tengo que apoyar mi espalda contra la roca y soportar con vergüenza el lamento de mis alas rotas.



El Desfiladero de las Xanas.

1 comentario:

  1. Veo que has escrito y has jugado con el blog... ¡ya es tuyo del todo!

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